Capitulo 3: Recuerdos

Capitulo 3: Recuerdos

El comienzo de la clase fue como siempre, largo e interminablemente aburrido. esta asignatura aunque no lo pudiese parecer era una de mis preferidas, sobre todo por la parte de mitología: dioses y diosas, héroes y heroínas, aveces compitiendo los unos con los otros...

Sonreí.

-“Cloe, veras yo...no, mejor ...veras Cloe desde hace algún tiempo llevo queriendo...”-pensó el chico que se sentaba delante de mi.

Otra declaración. Absurdo. No entiendo porque se esfuerza en practicar ese discurso improvisado si sabia cual seria la respuesta..

mire hacia otro lado, en dirección a la ventana y no me sorprendí al ver a Jason intentando saltar las verjas.

“Tonto”. Pensé. Como la mayoría de veces llega tarde.

Jason Mars es el único amigo que tengo. Nos conocemos desde muy pequeños y de todos los amigos que he tenido el es el único que siempre a estado a mi lado apoyándome.

Recuerdo que cuando ocurrió el incidente de mis padres aun sin comprenderlo del todo bien, Jason me tendió la mano e hizo que la tristeza y el dolor que me invadían por entonces desaparecieran durante los pocos instantes en los que pasábamos juntos...

-Mars- dijo el profesor escribiendo en la pizarra. Sin darse la vuelta y sin mirar a Jason provoco que este entrando de puntillas se estremeciera al oír como le llamaban.

Risas y más risas inundaron la clase y lo único en lo que pensaba era en él.

…

todo comenzó hace aproximada mente 1 año. Ya hacían 7 años desde que mis padres murieron y mi hermano, Diane y yo decidimos pasar este año esa fecha en nuestra antigua casa, donde vivimos Andrew y yo. Aun recuerdo el olor a aire puro y limpio que emanaba del lugar que nos rodeaba.

Al llegar dejamos nuestros pequeños equipajes en la casa y salimos a caminar.

Habían pasado años desde que no estaba allí y el caminar por las calles del pequeño pueblo que se encontraba a las afueras de la ciudad de Manhattan, recordé la vida que llevábamos todos.

En principio decidimos quedarnos un solo día pero las circunstancias nos obligaron a quedarnos más tiempo.

La casa debía ser derrumbada y Andrew se oponía a aquello, era cierto que podría haber pagado para evitar que fuese derribada pero era una gran suma de dinero la que tendría que dar por el lugar en el que pasamos nuestra infancia.

Mientras esos asuntos se resolvían yo daba vueltas por el prado en el que ocurrió todo.

Un día en especial encontré a alguien.

Alto, de pelo negro y ojos verdes era el chico que se encontraba recostado en el árbol en el cual yo solía sentarme y escribir.

Me acerque y cuando le vi de cerca pude ver que era mucho más guapo de lo que pareció en un principio.

Sorprendida observe como me sonreía y pude sentir la cara roja.

“Increíble”. Pensé al no poder leer sus pensamientos.

-hola, Charlotte.-dijo aun con una pequeña sonrisa en la comisura de los labios.

Le mire fijamente y vi en su mirada una clara señal de satisfacción.