viernes, 2 de septiembre de 2011

Capítulo 13: Día De Descanso


Este capítulo es un pelin más largo, y perdon por la espera.


Capítulo 13: Día De Descanso
La clase sigue vaciá y como es habitual Jason llegara tarde.
Observo mi cuaderno y lo único que veo son dibujos. Algunos de ellos incluso desconocidos ya que no recuerdo haberlos dibujado.
¿Es normal eso?
Tantas preguntas y ninguna respuesta...Miro la hora.
Los demás alumnos deberían haber llegado o al menos tendrían que estar haciéndolo.
Todo sigue en calma, pero ¿entonces por qué me siento así?
Es como si un tornado hubiese pasado por mis pensamientos. Soy consciente de la proximidad de los demás pero...ya no es como antes..no los percibo bien.
Miro hacia la puerta justo a tiempo de ver pasar a ¿Jason?
Aturdida parpadeo. No lo entiendo y no es por el echo de que haya sido uno de los primeros en llegar, sino más bien por no haber podido prevenir su llegada.
Se acerca y me mira sonriendo. Le devuelvo una sonrisa mal disimulada con lo cual me vengo abajo. ¿Qué a pasado?
Los demás alumnos comienzan a entrar y solo escucho pasos y más pasos.
Miro a mi alrededor tratando de encontrar una respuesta a la repentina desaparición de “mi poder”.
-Charlotte.- Dice Jason abrazándome por la espalda.-Estas muy tensa.-Deduce tras varios segundos de silencio.-¿Te encuentras bien?
Le miro y asiento. Aunque no se si lo estoy.
¿Es posible que de un día a otro pueda dejar de leer los pensamientos de la gente? Quien sabe.
¿Es normal qué durante ocho años de convivencia con eso halla conseguido aislarme? Es probable.
Resignada y sin poder decirle como me siento en verdad a mi único y mejor amigo centro mi atención en el dibujo que hay sobre mi mesa. Miro la pared blanca en al cual se encuentran las ventanas.
Jason se recuesta en al columna más cercana a mí y rascándose la barbilla pregunta:
-¿Descubriste quien te envió el mensaje?
Sorprendida cogí el móvil con rapidez y lo observe.
Tan aturdidos estuvieron mis pensamientos de camino a clase que olvide eso. ¿Cómo era posible?
Jason sonrió.
-No deberías estar hoy aquí, lo sabes ¿verdad?-Le mire asombrada por las palabras que acababa de decir.-Me refiero a que, bueno, creo que deberías tomarte un respiro.-Se aclaro la garganta tratando de expresar algo.-Hacer algo que te hiciera volver a tener los pies en la tierra.
Frunciendo el ceño trate de comprender lo que decía. Era difícil al no saber lo que pensaba.
Reconozco que al pasar mucho tiempo con el no podía evitar leer su mente, pero no era por no poder evitarlo, aunque claro ese también era un motivo ahora que lo pensaba, más bien se trataba de curiosidad. Curiosidad de saber que sentía y como lo sentía. En ocasiones recuerdo haber visto cosas que no debería haber visto, pero el no podía evitar pensar en ellas ya que era un chico.
Sentí mis mejillas enrojecer al recordarlas.
Me lleve la mano a la frente hasta que un pensamiento, más bien una deducción cruzo por mi cabeza.
¿Era posible que Jason pensase en mí como algo más que una amiga?
Trate de ignorar aquella pregunta intentando alejar la expresión de su rostro hace bastantes años, pero no pude.
Dolor, eso era lo que vi entonces cuando le hable sobre el beso de Darien. Aun no sabía porque se lo había dicho, tal vez por no poder ocultarlo debido a la felicidad que había inundado mi pecho.
Instintivamente toque mis labios. Tampoco sabía porque Darien me había besado.
-Mira.-Dijo llamando mi atención mientras señalaba algo o a alguien tras la ventana.
Me levante y asomando la cabeza por la ventana vi como un chico apoyado en la entrada del colegio me sonreía y extendía una mano indicando que fuese hasta él. Volví la vista hacia Jason el cual sonreía con más ganas que antes.
Había deducido mal.
Si Jason había sentido algo por mí, cosa que sabía, había sido en el pasado no ahora.
Vi como se inclino a guardar mi bloc de pintura con los respectivos materiales que utilizaba para dibujar, y sentí como era arrastrada por el hacía la puerta principal.
Mis pensamientos estaban en otro lugar, pensando ¿en qué? No lo recordaba.
Intente detenerlo y pedirle y una explicación pero nada servía. Maldecí al entender la desventaja de la cual disponía al haber desaprovechado las lecciones que Andrew se ofreció a darme de karate.
Algún día te serán útiles”. Ahora lo hubiesen sido, podría haber intentado deshacerme de Jason con más facilidad hasta incluso podría haber logrado escapar de el, pero ¿de qué servía lamentarse?
Una vez hubimos salido mire fijamente a al figura que reclamaba mi compañía. Pantalones vaqueros desgastados, chaqueta de cuero negra y un suéter blanco. Mi vista ascendió hasta su rostro blanquecino y sonreí. Una parte en mi interior de ilumino ¿el por qué? No lo sé.
Camine hacia él despidiéndome de Jason, el cual me dejo ir.
¿Cómo supo donde encontrarme?¿Estudiaría aquí y yo tan ciega no me había dado cuenta? Existían varias posibilidades, las cuales eran una excusa perfecta para permitir que le viese, pero sincerandome conmigo misma sabía cual era al respuesta. Me había seguido.
-Me buscabas ¿verdad?
Su sonrisa blanca y perfecta me hipnotizo. Le había visto sonreír, pero no de aquella manera, con ese brillo que parecía borrar todas mis preocupaciones.
-¿Qué haces aquí?-Dije tratando de mantenerme seria, lo cual por el brillo de sus ojos verdes no funciono.
-Creo que más bien sería ¿qué haces TÚ aquí?-Dijo remarcando el tú.-No se supone que deberías estar en clase y no con un extraño?
Mi risa irónica apareció en el momento indicado.
-Tú no eres un extraño.-Estas palabras aunque de alguna manera extrañas e incomodas sonaron sinceras. Mire sus ojos e intente arreglar lo dicho al ver su cara de sorpresa. Era una situación incomoda el tener que encontrarse con un chico del cual no sabías nada y a la vez sabías algo. No sabría como explicarlo, sin embargo entendía que me encontraba un tanto cómoda con esto-Quiero decir, que ya te conozco, nos hemos visto otras veces, ¿verdad?
Ignorando lo que dije -como no, eso se tenía que esperar de un chico- me indico con una mano que subiese a la moto apoyada en el portón de la entrada.
Nada más acercarme a la moto sentí una brisa de aire frió pasar entre mis omóplatos.
Estaba nerviosa, nunca había montado en moto pero tratando de ocultarlo -mal echo, por cierto- subí a ella tras Darien.
Debió notar lo nerviosa que estaba por lo que, mientras ponía el vehículo en marcha, me ordeno no soltarme de él.
Empezamos a movernos y sentir el aire chocando contra mi cara no hizo que mejorase la situación, al contrario, la empeoraba. Quería mantenerme lejos de él, aunque no sabía porque ya que hace unos instantes estaba desesperada, por decirlo de alguna manera, por estar con él y hablarle.
No pude evitarlo y me oculte en su espalda apoyando la cabeza en él.
No podía imaginar cual sería el motivo por el que apareció, ni como sabía que necesitaba verle. ¿y si lo había dicho por decir algo?
No podía entenderlo pero lo que me desconcertaba un poco más era su nuevo aspecto.
El día anterior vestido completamente de negro me sorprendió, sin embargo hoy... hoy estaba distinto, se le veía ¿serio?
-Tengo que tener otra vida a parte de la de chico misterioso ¿no te parece?
Me sonroje y le mire. A partir de ahora debería tener cuidado con eso, lo que hizo que recordase la perdida de “mi don”.
Tras parar en un semáforo en rojo sentí como con la mano derecha cogía la mía. Me sobresalte interiormente pero intente disimularlo.
Una vez el semáforo se puso en verde giro hacia la izquierda. El cielo estaba cubierto aun por los restos de lluvia dejados la pasada noche. El viento frió iba en nuestra contra provocando que las hojas de los árboles se adheriensen a mi cabello y Darien, por lo que intuí por el sonido de su risa, disfrutaba con ello ya que el carecía de ese problema.
Pensando en esto no repare en el lugar en el que nos encontrábamos ni en que nos habíamos detenido. Escucharle reír me hacía sentir feliz y aún dudaba cual era el motivo. Cerré los ojos y volví a ver el lago cubierto de escarcha.
...
Solo veía la imagen de una niña vestida de blanco. Su pelo rubio destacaba en la sombra de los árboles y se distinguían lagrimas en sus ojos. Me acerque a ella y le tendí la mano. Ella instintivamente dio un paso atrás y me miro tímidamente. Sentí como mi corazón latió rápidamente al mirar el rostro de al niña. Di un paso hacia ella y la tome de la mano. Su guante azul me acaricio la mejilla y su sonrisa me hizo sentir alegre. Su boca se abrió pronunciando un nombre en silencio.
Darien.
Abrí los ojos.
Había vivido aquello mucho tiempo atrás pero ignoraba que hubiese ocurrido de esa manera ya que no me veía a la niña, sino a un niño de intensos ojos verdes.
Sentí como Darien deshacía mis manos de él y por primera vez me pregunte donde estaríamos.
Tiro de mi tras lo cual, después de colocar la moto entre dos grandes piedras, me llevo hacía un bosque.
¿Dónde estábamos? ¿Desde cuando había un lugar como este en Dakota del Norte? ¿Por qué me había traído Darien aquí?
Tomando mi brazo nos adentramos entre los árboles hasta llegar a una pradera cercana al río Missouri, donde tras andar bastante según me pareció, decidimos -decidió Darien- quedarnos bajo la sombra de un enorme abeto.
-Darien.-El decir su nombre me produjo un intenso cosquilleo en el estomago, ¿qué le iba a preguntar?“¿Recuerdas haberme visto hace...nose unos ocho o nueve años? O tal vez ¿En realidad desde hace cuanto tiempo te conozco?” Aunque a esto podía añadirle su repentina amistad con Jason. ¿Me estaba siguiendo?
Muchas preguntas empezaban a brotar en mi cabeza, ¿por cual empezar?
Pero era posible que el motivo de hallarnos en este lugar fuese otro distinto al de mis absurdas e interrogativas preguntas, por lo que solo pude hacer la pregunta mas tonta que jamas se me habría ocurrido preguntar:
-¿Cuantos años tienes?
No se sorprendió, es más creo que contaba con que eso sería lo primero que saldría de mi boca, ya que soy una chica y, como a cualquier chica en mi lugar, me interesa saber la edad del chico con el que por alguna razón estoy sentada.
-¿No prefieres empezar por alguna otra pregunta más adecuada?
A decir verdad él tenía razón por lo que no pude refrenarme.
-¿Donde estamos?¿Por qué me has traído aquí?¿Cómo has convencido a Jason para que te ayudase?-Presentía que si él no me paraba soltaría todas las preguntas que quería hacer y no estaba segura de poder frenarme yo sola.
-Como habrás notado aun estamos en Dakota-Y mirándome dijo-Y por lo que tengo entendido necesitas descansar.
¿Descansar?¿De donde sacaba eso?
-No se a que te refieres.-Conteste mirando al frente.
-Todos los estudiantes necesitan tomarse algún que otro descanso de las clases ¿no crees?
Esa era su respuesta al porque me encontraba sentada en un lugar que no sabría ubicar en un mapa.
-Y respondiendo a la última pregunta-lo cual no era cierto-te diré que le conozco desde mucho más antes que tú.
Eso podría ser cierto pero, ¿cómo sabía Jason que yo conocía a Darien?¿Y cómo sabía Darien que conocía a Jason?
La misma respuesta anterior volvió a mí por arte de magia. Me había seguido y al parecer desde hace bastante tiempo.
-Sino tienes más preguntas, lo cual dudo, quisiera hablar contigo sobre el libro que te di el otro día.
Asentí y saque el libro. La verdad es que aun no lo había ojeado y solo lo traje conmigo por pura intuición. “Te ayudara” esas palabras se habían quedado grabadas a conciencia en mi mente.
Darien cogió el libro y en vez de abrirlo por la primera página le dio la vuelta dejándolo sobre la hierba. Sacó un imperdible del bolsillo delantero de su chaqueta y en la cubierta trasera dibujo una estrella de seis puntas. Guardo el objeto y abrió el libro por la última página, en ella pude ver un fragmente de … ¿una canción tal vez? Lo mire con más atención y mi sangre se enfrió al leer las primeras lineas.
“La niña lloraba y nada más verla me acerque a ella. Di un paso y ella retrocedió...”
Le mire con asombro.
-¿Qué es esto?-Pregunte con la voz entrecortada.
-¿Recuerdas ese día?-Ignoro mi pregunta formulándome otra.-Acababa de nevar y te habías perdido. Cuando te encontré me llamaste por mi nombre y me dijiste que me estabas buscando
Su voz parecía segura al afirmar aquello, pero yo no lo recordaba.
Nuevas preguntas querían introducirse en mi cabeza y yo no estaba dispuesta a refrenarlas en su intento de conseguirlo.
-No puede ser.-Respondí.
-¿Lo has visto verdad?-Me pregunto.-El recuerdo que te he mostrado es el primero que tengo de ti.
No podía negarlo, lo había visto.
-¿Pero por qué no lo recuerdo así?
Sonrió.
-Tranquila. Pronto volverás a recordar todo.-Alzo su mirada y la poso en el cielo azul.
En ese instante deje de pensar en la conversación que acabábamos de tener, para así, concentrarme en otra pregunta, quizás la más rara que podría haber tenido en todo el día. ¿Cómo Darien había conseguido mostrarme aquello?
-Cómo supiste mi nombre.-Sonó como una orden más que una pregunta.
El vacío se apodero de mí. No podía recordar eso.
-No te rindas fácilmente.-Dijo con un amago de sonrisa en sus labios.
Le mire.
-Sabes la respuesta.-Afirmando gracias al brillo de sus ojos.
Suspire apartando un mechón de mi cara. No sabía que pensar. Aunque recordaba haber escuchado su nombre mucho más antes de verle aquel día.

Le mire y supe que había averiguado la respuesta al contemplar como bajo sus dedos, en el libro, aparecían una serie de palabras en cursiva que completaban el recuerdo anterior. Ahora lo veía claramente.
-¿Desde cuando lo supiste?-Pregunte.
-Me costo más que a ti averiguarlo.-Me miro.-Ya que yo no escuche a escondidas.
Se hizo el silencio mientras mis mejillas se teñían por el recuerdo. No debería haberlo echo pero por aquel entonces desconocía lo que podía y lo que no podía hacer.
Tenía muchas cosas que asimilar pero en ese momento no quería hacer frente a ellas.
-¿Por qué me has enseñado esto?
-Tarde o temprano tendrías que saber parte de la verdad.
Toque el libro y pase las paginas.
Todas estaban en blanco a excepción de la última.
-¿Qué es esto?
-Un libro.
-Eso ya lo se. Me refiero a que porque no hay nada escrito.
Guardo silencio tras lo cual se levanto y se alejo hacía al moto dejándome sola con mis preguntas.



domingo, 17 de julio de 2011

Capitulo 12:

Hola tras varios meses sin inspiración aqui dejo el capitulo.
^^


Capítulo 12:
-¿Para que la quieres?

La pregunta de Lillyane hizo que Ian se sobresaltase.

¿Para qué la quería? Sonrío ante eso.

-¿Por qué lo preguntas?-Se giro hacia la cabaña y metiéndose los dedos en el bolsillo del pantalón emprendió el camino.-Si ya sabes la respuesta.

Lillyane miro como se alejaba. ¿En verdad lo sabía o lo deducía?

Varias respuestas se enfrentaban en su cabeza.

De cierto modo no estaba segura, Ian, el Ian al que alguna vez quiso antes de que “ella” se interpusiese ya no existía, se había ido poco antes del accidente que sufrió. Pero, ahora que lo pensaba, ¿cómo había logrado sobrevivir? Las heridas habían sido graves e incluso llego a estar en coma una larga temporada, pero aun así nada más abrir los ojos lo que Lillyane vio en ellos fue furia, odio contenido y la necesidad de venganza.

Lo descubriría y pronto, se dijo a si misma.





Ethan no supo porque pero al ver el libro sobre el escritorio sintió curiosidad.

Tras dejar a Charlotte tumbada se dirigió hacia este y lo ojeo.

Las paginas se hallaban en blanco y eso despertó más su intriga. Cogió un lápiz próximo al libro y tras volver a mirar a la chica escribió su nombre.

Ethan

Miro fijamente el nombre esperando a que algo sucediese pero nada ocurrió. No era de extrañar ya que no se trataba de algo irreal, o al menos eso pensó en un principio hasta que vio como una por una las letras desaparecían dejando en blanco la pagina.

Fuera de lo común” Eso es lo que dijo Ian y por lo visto no se había equivocado.

Paso hoja tras hoja tratando de ver algún atisbo de marca u escritura pero el vació invadía todas las paginas.

Cerro el libro y se volvió hacia Charlotte.

Aun seguía durmiendo y no estaba seguro de cuanto tiempo estaría en ese estado.

Fue alejándose hacia la puerta.

Tenía que llevársela, pero ¿cómo hacerlo tras lo ultimo que sabía? o más bien deducia. Si la sacaba de ahí ¿adonde se dirigirían? No era oportuno ir hacia donde estaba Ian. Ian... pensar en él le producía escalofríos.

¿Podía confiar en él? No lo sabía.

Antes de cerrar la puerta tras de sí observo un leve movimiento proveniente fuera de la habitación. Una sombra.

Escruto la silueta que había en la rama y se aseguro de cerrar cortinas y ventanas.

Salio del cuarto sin hacer ruido y bajando las escaleras con precaución huyo de la casa.





Darien se hallaba sentado sobre la rama de un árbol cercano a la habitación de Charlotte por lo que vio como la puerta del cuarto se abría y por ella entraban la chica y otra persona.

Su rostro adquirió un tono pálido al ver como él la recostaba sobre la cama, y más aun cuando se acerco al escritorio donde se encontraba el libro. Con la mirada clavada en el objeto Darien recordó haberse levantado con cuidado de la rama e incluso dudando movió un pie en dirección a la ventana tras lo cual volvió a sentarse en la rama. En ese instante aun recostado en el árbol seguía intentando descifrar el motivo por el cual aquel chico había fijado su atención en el libro.

¿En qué estuvo pensando cuando le dio el libro a Charlotte? Debería haber esperado más tiempo, al menos hasta que ella reconociese u supiese quien era el.

No era el simple echo de haberlo ojeado sino el que se hubiese atrevido a escribir sobre el libro, eso era lo que inquietaba a Darien.

Miro hacia la habitación y vio como el extraño cerraba las cortinas asegurándose antes de cerrar las ventanas.

Creía que Darien no le había visto pero se equivocaba.

Tras ver como el chico desaparecía de la calle, se poso en el umbral cercano a la habitación.

Una vez ahí saco una daga de su bolsillo y con la punta del diamante incrustado en el mango hizo un corte limpio en uno de los cristales cercanos al manillar de la ventana. Metió la mano y la abrió.

Tras retirar las cortinas entro y se dirigió hacia el centro del cuarto.

El color de las cortinas se reflejaba en toda la habitación mientras tanto Darien se sentó cerca de Charlotte.

Suspiró.

Aun no es el momento” se dijo fijando la atención en el libro situado sobre la mesa.

Si al menos pudiese...



Aun no a amanecido. Lo se. Mis ojos son incapaces de abrirse y mi cuerpo no respondo a lo que le ordeno. Todo esta en blanco. Solo puedo percibir pasos.

¿Sera Ethan? Si, pero, no puede ser él ya que la puerta se cerró hace rato.

Los nuevos pasos proceden de la ventana. No se quien es, pero ¿Y si es el chico que peleaba con Ethan? Lo dudo.

-Charlotte.- Susurra.

Esa voz me es conocida y no puedo evitar tranquilizarme al sentir como mi acompañante me toma de la mano.

Desearía poder despertar y ver quien esta a mi lado.

¿Cuanto tiempo estaré así?¿Desde que hora estoy inconsciente?

Siento como me suelta la mano y como el aire entra fresco por la ventana abierta. Se va a ir sin yo poder saber quien es...

Pi-Pi-Pi-Pi

Abro los ojos, la alarma a vuelto a sonar y alterada miro a mi alrededor. Me levanto bruscamente en dirección a la ventana esperando verle pero solo siento el aire azotarme en la cara y el agitar de las cortinas tapando con sus movimientos parte de las ventanas.

Se ha ido.”

Vuelvo a la cama y me siento sobre ella. Miro el reloj. Son las siete y media. ¿Tanto he dormido?

No puedo evitar reprimir una sonrisa. ¿Por qué? A saber. Lo que necesito en este momento es un baño lo más pronto posible.

El agua recorre mi cuerpo y en mi cabeza aparecen varias imágenes. Un bosque, un lago y...un reflejo blanco.

Un reflejo blanco.

Abro los ojos y salgo de la ducha lo más rápido posible.

Tengo que buscar a Darien. Me visto y cuando estoy a punto de salir soy consciente de algo.

¿Cómo lo voy a encontrar si aparece cuando menos lo espero?

Cojo la mochila y antes de salir miro el libro y lo agarro.

Me ayudara. Eso es lo que dijo Darien sobre el libro.

Miro otra vez a la ventana a tiempo de ver una rama balancearse.

Cierro los ojos y recuerdo el día de ayer. El sobre de Ian, el mensaje, la aparición de Darien y...Ethan. Sobresaltada abro los ojos.

¿Donde esta?



jueves, 5 de mayo de 2011

Capitulo 11: Instinto

Capitulo 11: Instinto

La noche se alzaba sobre el bosque de pinos pero eso no conseguía captar la atención de Ian.
Después de hablar con Lillyane medito sobre el porque de su destino. Él no escogió tener que hacer aquello y sin embargo en aquel instante dudaba de si mismo.
Había enviado a Ethan en busca de Charlotte para intentar salvarla, aunque si recapacitaba sobre lo ocurrido la mejor decisión habría sido el no hacerlo.
Sin pretenderlo permitió que Lillyane y Ethan se vieran involucrados en sus problemas. Si no hubiese seguido sus instintos aquel día tal vez todo aquello podría haberse evitado.
Tal vez fue un impulso o cosa del destino el motivo por el cual ese día en concreto decidiese ir a casa de la chica.
Su familia no solía frecuentar mucho aquel lugar después del terrible y extraño suceso ocurrido hacia no mucho ya que el regresar hacía volver a revivir el dolor.
Sin pararse a pensar en aquello decidió sumergirse en sus pensamientos. Algo le decía que debía estar ahí. El día no había transcurrido como esperaba y, debido a eso su animo decayó. Camino recto y una vez estuvo frente a la casa la bordeo intentando encontrar la ventana que daba a la estancia inferior de la casa. Deslizo su cuerpo por el hueco hasta entrar por completo en la habitación y tocar el suelo.
Muebles, retratos, cuadros y demás objetos se encontraban esparcidos dentro y cubiertos por mantas polvorientas hacían imposible el poder encontrar aire limpio. Estar en ese lugar hacia que la tensión del ambiente existente ahí se volviese más incomodo. Corrió hasta encontrar las escaleras y ascendiendo por ellas pudo empezar a sentir la brisa del aire limpio llenando sus pulmones. Cerró la puerta y observo a su alrededor la estancia. Una ventana estaba abierta al final del pasillo. No estaba solo. Dubitativo dio un paso hacía atrás. Se suponía que la casa estaba vacía, Andrew y su hermana pequeña no tendrían que volver hasta pasado el otoño según tenía entendido. Temeroso de lo que podía llegar a encontrar se dirigió hacia el fondo de la habitación donde podía distinguir una pequeña figura acurrucada. Los sollozos reflejaban la pena que sentía la niña.
-¿Estas bien?-Pregunto él.
Se acerco más a ella y descubrió con sorpresa de quien se trataba.
-Charlotte, ¿por qué estas aquí?
En lugar de responder se froto los brazos y en voz baja dijo:
-No lo sé.
Su voz era débil, suave y delicada como el cristal, triste y dolorida su corazón de Ian
Si pensaba que su pena era peor que la de cualquiera se equivocaba, comparado con el de ella lo que sentía era la milésima parte de todo el dolor existente en el mundo. Esa niña había visto la muerte, por decirlo de alguna manera, frente a si misma y él solo estaba atemorizado por una predicción, la cual acababa de empezar a cumplirse en aquellos instantes.
Cuando la encuentres sabrás lo que tendrás hacer”fue lo último que dijo Anne.
La miro otra vez y supo que no podría echarse atrás. No después de saber lo que le esperaba.

Después de saber como logró encontrarme, Ethan se tomo un descanso. Se le veía cansado y un poco tenso.
Cuando la encuentres traela.” Esas cuatro palabras acababan de decir más de lo que querían y no podía apartarlas de mi ya que Ethan se las repetía constantemente.
Mire el reloj de mano gris que tenía prendado en la muñeca.
Habían pasado dos horas desde el encuentro que tuvieron los dos chicos junto a mi casa. De reojo vi como sus ojos no se apartaban de mi por lo que decidí ignorar el de echo de la falta de experiencia que tenía en el tema de chicos. Recostándome en el colchón pensé como haría para lograr conseguirle una cama - o algo que se le pareciese – donde pudiese descansar. Espere el tiempo suficiente para escuchar como la puerta de la habitación de enfrente era cerrada llevándose consigo las voces de Andrew y Diane.
Me levante y antes de salir de mi cuarto le dije:
-No salgas de aquí hasta que yo vuelva. Buenas noches.
Baje las escaleras y el recuerdo de lo vivido ayer se instalo dentro de mi. Pero el temor es aun mayor sabiendo que lo ocurrido la anterior noche no fue más que el principio de un comienzo no estructurado.
Encendí el i-pod y dejándome llevar por al letra de una canción me deje caer en el sofá. Como Ethan esta en mi habitación no me queda más remedió que dormir aquí.
No quiero cerrar los ojos para así no atraer el sueño, pero este es más fuerte que yo y me impide conseguir mi propósito.
Miss parpados comienzan a cerrarse cuando empiezo a distinguir una sombra frente a mi.
No consigo saber quien es ya que el esforzarme en abrir los ojos resulta imposible.
-Charlotte.-Esa palabra solo susurrada me sume en el sueño.

Ethan abrió los ojos con rapidez.
Lo había visto venir.
Se incorporo de la cama y con la mano aun en el costado de la herida salio de la habitación.
Había escuchado un ruido poco peculiar y, siguiéndolo descubrió lo que momentos antes había presentido. Bajo sigilosamente las escaleras y le vio.
El chico no tendría más de 20 años y, al igual que Ethan sabía lo que hacia. Ambos estaban metidos en aquel asunto sin saber el porque de ello, incluyendo entre esas cosas a la chica ahora postrada en el sofá. O al menos eso pensó antes de ver como una luz oscura comenzaba a rodearles.
Su aura negra era distinta a la de la mujer.
Sin ser consciente de sus actos avanzo tratando de hacerle retroceder tras lo que consiguió ver como este se desvanecía.
Ethan no comprendía lo ocurrido pero sabía que volvería y la atraparía estuviese él o no.
Se acerco a Charlotte y sentándose a su lado la observo.
Tenían que irse, lo más pronto posible, pero antes debía conseguir aquel objeto.
¿Dónde? No lo sabía pero estaba seguro de que cuando lo encontrase no sabría que hacer con el.
No confíes en los que te rodean.” Apretándose el puente de la nariz con dos dedos intento desechar lo soñado . Le había visto ahí. Había escuchado su voz, pero aun no lo creía posible. ¿Por qué enviarle a por ella si en realidad no buscaba protegerla? O se estaba engañando a si mismo o sabía muy bien lo que hacía, pero en cualquier caso no tenía una respuesta coherente para la urgencia de tenerla consigo.
Tras todo ello solo una cosa le quedaba clara, una vez que Ian tuviese el libro y a Charlotte todo cambiaría. O empezaría.

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