Este capítulo es un pelin más largo, y perdon por la espera.
Capítulo
13: Día De Descanso
La
clase sigue vaciá y como es habitual Jason llegara tarde.
Observo
mi cuaderno y lo único que veo son dibujos. Algunos de ellos incluso
desconocidos ya que no recuerdo haberlos dibujado.
¿Es
normal eso?
Tantas
preguntas y ninguna respuesta...Miro la hora.
Los
demás alumnos deberían haber llegado o al menos tendrían que estar
haciéndolo.
Todo
sigue en calma, pero ¿entonces por qué me siento así?
Es
como si un tornado hubiese pasado por mis pensamientos. Soy
consciente de la proximidad de los demás pero...ya no es como
antes..no los percibo bien.
Miro
hacia la puerta justo a tiempo de ver pasar a ¿Jason?
Aturdida
parpadeo. No lo entiendo y no es por el echo de que haya sido uno de
los primeros en llegar, sino más bien por no haber podido prevenir
su llegada.
Se
acerca y me mira sonriendo. Le devuelvo una sonrisa mal disimulada
con lo cual me vengo abajo. ¿Qué a pasado?
Los
demás alumnos comienzan a entrar y solo escucho pasos y más pasos.
Miro
a mi alrededor tratando de encontrar una respuesta a la repentina
desaparición de “mi poder”.
-Charlotte.-
Dice Jason abrazándome por la espalda.-Estas muy tensa.-Deduce tras
varios segundos de silencio.-¿Te encuentras bien?
Le
miro y asiento. Aunque no se si lo estoy.
¿Es
posible que de un día a otro pueda dejar de leer los pensamientos de
la gente? Quien sabe.
¿Es
normal qué durante ocho años de convivencia con eso halla
conseguido aislarme? Es probable.
Resignada
y sin poder decirle como me siento en verdad a mi único y mejor
amigo centro mi atención en el dibujo que hay sobre mi mesa. Miro la
pared blanca en al cual se encuentran las ventanas.
Jason
se recuesta en al columna más cercana a mí y rascándose la
barbilla pregunta:
-¿Descubriste
quien te envió el mensaje?
Sorprendida
cogí el móvil con rapidez y lo observe.
Tan
aturdidos estuvieron mis pensamientos de camino a clase que olvide
eso. ¿Cómo era posible?
Jason
sonrió.
-No
deberías estar hoy aquí, lo sabes ¿verdad?-Le mire asombrada por
las palabras que acababa de decir.-Me refiero a que, bueno, creo que
deberías tomarte un respiro.-Se aclaro la garganta tratando de
expresar algo.-Hacer algo que te hiciera volver a tener los pies en
la tierra.
Frunciendo
el ceño trate de comprender lo que decía. Era difícil al no saber
lo que pensaba.
Reconozco
que al pasar mucho tiempo con el no podía evitar leer su mente, pero
no era por no poder evitarlo, aunque claro ese también era un motivo
ahora que lo pensaba, más bien se trataba de curiosidad. Curiosidad
de saber que sentía y como lo sentía. En ocasiones recuerdo haber
visto cosas que no debería haber visto, pero el no podía evitar
pensar en ellas ya que era un chico.
Sentí
mis mejillas enrojecer al recordarlas.
Me
lleve la mano a la frente hasta que un pensamiento, más bien una
deducción cruzo por mi cabeza.
¿Era
posible que Jason pensase en mí como algo más que una amiga?
Trate
de ignorar aquella pregunta intentando alejar la expresión de su
rostro hace bastantes años, pero no pude.
Dolor,
eso era lo que vi entonces cuando le hable sobre el beso de Darien.
Aun no sabía porque se lo había dicho, tal vez por no poder
ocultarlo debido a la felicidad que había inundado mi pecho.
Instintivamente
toque mis labios. Tampoco sabía porque Darien me había besado.
-Mira.-Dijo
llamando mi atención mientras señalaba algo o a alguien tras la
ventana.
Me
levante y asomando la cabeza por la ventana vi como un chico apoyado
en la entrada del colegio me sonreía y extendía una mano indicando
que fuese hasta él. Volví la vista hacia Jason el cual sonreía con
más ganas que antes.
Había
deducido mal.
Si
Jason había sentido algo por mí, cosa que sabía, había sido en el
pasado no ahora.
Vi
como se inclino a guardar mi bloc de pintura con los respectivos
materiales que utilizaba para dibujar, y sentí como era arrastrada
por el hacía la puerta principal.
Mis
pensamientos estaban en otro lugar, pensando ¿en qué? No lo
recordaba.
Intente
detenerlo y pedirle y una explicación pero nada servía. Maldecí al
entender la desventaja de la cual disponía al haber desaprovechado
las lecciones que Andrew se ofreció a darme de karate.
“Algún
día te serán útiles”. Ahora lo hubiesen sido, podría haber
intentado deshacerme de Jason con más facilidad hasta incluso podría
haber logrado escapar de el, pero ¿de qué servía lamentarse?
Una
vez hubimos salido mire fijamente a al figura que reclamaba mi
compañía. Pantalones vaqueros desgastados, chaqueta de cuero negra
y un suéter blanco. Mi vista ascendió hasta su rostro blanquecino y
sonreí. Una parte en mi interior de ilumino ¿el por qué? No lo sé.
Camine
hacia él despidiéndome de Jason, el cual me dejo ir.
¿Cómo
supo donde encontrarme?¿Estudiaría aquí y yo tan ciega no me había
dado cuenta? Existían varias posibilidades, las cuales eran una
excusa perfecta para permitir que le viese, pero sincerandome conmigo
misma sabía cual era al respuesta. Me había seguido.
-Me
buscabas ¿verdad?
Su
sonrisa blanca y perfecta me hipnotizo. Le había visto sonreír,
pero no de aquella manera, con ese brillo que parecía borrar todas
mis preocupaciones.
-¿Qué
haces aquí?-Dije tratando de mantenerme seria, lo cual por el brillo
de sus ojos verdes no funciono.
-Creo
que más bien sería ¿qué haces TÚ aquí?-Dijo remarcando el
tú.-No se supone que deberías estar en clase y no con un extraño?
Mi
risa irónica apareció en el momento indicado.
-Tú
no eres un extraño.-Estas palabras aunque de alguna manera extrañas
e incomodas sonaron sinceras. Mire sus ojos e intente arreglar lo
dicho al ver su cara de sorpresa. Era una situación incomoda el
tener que encontrarse con un chico del cual no sabías nada y a la
vez sabías algo. No sabría como explicarlo, sin embargo entendía
que me encontraba un tanto cómoda con esto-Quiero decir, que ya te
conozco, nos hemos visto otras veces, ¿verdad?
Ignorando
lo que dije -como no, eso se tenía que esperar de un chico- me
indico con una mano que subiese a la moto apoyada en el portón de la
entrada.
Nada
más acercarme a la moto sentí una brisa de aire frió pasar entre
mis omóplatos.
Estaba
nerviosa, nunca había montado en moto pero tratando de ocultarlo
-mal echo, por cierto- subí a ella tras Darien.
Debió
notar lo nerviosa que estaba por lo que, mientras ponía el vehículo
en marcha, me ordeno no soltarme de él.
Empezamos
a movernos y sentir el aire chocando contra mi cara no hizo que
mejorase la situación, al contrario, la empeoraba. Quería
mantenerme lejos de él, aunque no sabía porque ya que hace unos
instantes estaba desesperada, por decirlo de alguna manera, por estar
con él y hablarle.
No
pude evitarlo y me oculte en su espalda apoyando la cabeza en él.
No
podía imaginar cual sería el motivo por el que apareció, ni como
sabía que necesitaba verle. ¿y si lo había dicho por decir algo?
No
podía entenderlo pero lo que me desconcertaba un poco más era su
nuevo aspecto.
El
día anterior vestido completamente de negro me sorprendió, sin
embargo hoy... hoy estaba distinto, se le veía ¿serio?
-Tengo
que tener otra vida a parte de la de chico misterioso ¿no te parece?
Me
sonroje y le mire. A partir de ahora debería tener cuidado con eso,
lo que hizo que recordase la perdida de “mi don”.
Tras
parar en un semáforo en rojo sentí como con la mano derecha cogía
la mía. Me sobresalte interiormente pero intente disimularlo.
Una
vez el semáforo se puso en verde giro hacia la izquierda. El cielo
estaba cubierto aun por los restos de lluvia dejados la pasada noche.
El viento frió iba en nuestra contra provocando que las hojas de los
árboles se adheriensen a mi cabello y Darien, por lo que intuí por
el sonido de su risa, disfrutaba con ello ya que el carecía de ese
problema.
Pensando
en esto no repare en el lugar en el que nos encontrábamos ni en que
nos habíamos detenido. Escucharle reír me hacía sentir feliz y aún
dudaba cual era el motivo. Cerré los ojos y volví a ver el lago
cubierto de escarcha.
...
Solo
veía la imagen de una niña vestida de blanco. Su pelo rubio
destacaba en la sombra de los árboles y se distinguían lagrimas en
sus ojos. Me acerque a ella y le tendí la mano. Ella instintivamente
dio un paso atrás y me miro tímidamente. Sentí como mi corazón
latió rápidamente al mirar el rostro de al niña. Di un paso hacia
ella y la tome de la mano. Su guante azul me acaricio la mejilla y su
sonrisa me hizo sentir alegre. Su boca se abrió pronunciando un
nombre en silencio.
Darien.
Abrí
los ojos.
Había
vivido aquello mucho tiempo atrás pero ignoraba que hubiese ocurrido
de esa manera ya que no me veía a la niña, sino a un niño de
intensos ojos verdes.
Sentí
como Darien deshacía mis manos de él y por primera vez me pregunte
donde estaríamos.
Tiro
de mi tras lo cual, después de colocar la moto entre dos grandes
piedras, me llevo hacía un bosque.
¿Dónde
estábamos? ¿Desde cuando había un lugar como este en Dakota del
Norte? ¿Por qué me había traído Darien aquí?
Tomando
mi brazo nos adentramos entre los árboles hasta llegar a una pradera
cercana al río Missouri, donde tras andar bastante según me
pareció, decidimos -decidió Darien- quedarnos bajo la sombra de un
enorme abeto.
-Darien.-El
decir su nombre me produjo un intenso cosquilleo en el estomago, ¿qué
le iba a preguntar?“¿Recuerdas haberme visto hace...nose unos ocho
o nueve años? O tal vez ¿En realidad desde hace cuanto tiempo te
conozco?” Aunque a esto podía añadirle su repentina amistad con
Jason. ¿Me estaba siguiendo?
Muchas
preguntas empezaban a brotar en mi cabeza, ¿por cual empezar?
Pero
era posible que el motivo de hallarnos en este lugar fuese otro
distinto al de mis absurdas e interrogativas preguntas, por lo que
solo pude hacer la pregunta mas tonta que jamas se me habría
ocurrido preguntar:
-¿Cuantos
años tienes?
No
se sorprendió, es más creo que contaba con que eso sería lo
primero que saldría de mi boca, ya que soy una chica y, como a
cualquier chica en mi lugar, me interesa saber la edad del chico con
el que por alguna razón estoy sentada.
-¿No
prefieres empezar por alguna otra pregunta más adecuada?
A
decir verdad él tenía razón por lo que no pude refrenarme.
-¿Donde
estamos?¿Por qué me has traído aquí?¿Cómo has convencido a
Jason para que te ayudase?-Presentía que si él no me paraba
soltaría todas las preguntas que quería hacer y no estaba segura de
poder frenarme yo sola.
-Como
habrás notado aun estamos en Dakota-Y mirándome dijo-Y por lo que
tengo entendido necesitas descansar.
¿Descansar?¿De
donde sacaba eso?
-No
se a que te refieres.-Conteste mirando al frente.
-Todos
los estudiantes necesitan tomarse algún que otro descanso de las
clases ¿no crees?
Esa
era su respuesta al porque me encontraba sentada en un lugar que no
sabría ubicar en un mapa.
-Y
respondiendo a la última pregunta-lo cual no era cierto-te diré que
le conozco desde mucho más antes que tú.
Eso
podría ser cierto pero, ¿cómo sabía Jason que yo conocía a
Darien?¿Y cómo sabía Darien que conocía a Jason?
La
misma respuesta anterior volvió a mí por arte de magia. Me había
seguido y al parecer desde hace bastante tiempo.
-Sino
tienes más preguntas, lo cual dudo, quisiera hablar contigo sobre el
libro que te di el otro día.
Asentí
y saque el libro. La verdad es que aun no lo había ojeado y solo lo
traje conmigo por pura intuición. “Te ayudara” esas palabras se
habían quedado grabadas a conciencia en mi mente.
Darien
cogió el libro y en vez de abrirlo por la primera página le dio la
vuelta dejándolo sobre la hierba. Sacó un imperdible del bolsillo
delantero de su chaqueta y en la cubierta trasera dibujo una estrella
de seis puntas. Guardo el objeto y abrió el libro por la última
página, en ella pude ver un fragmente de … ¿una canción tal vez?
Lo mire con más atención y mi sangre se enfrió al leer las
primeras lineas.
“La
niña lloraba y nada más verla me acerque a ella. Di un paso y ella
retrocedió...”
Le
mire con asombro.
-¿Qué
es esto?-Pregunte con la voz entrecortada.
-¿Recuerdas
ese día?-Ignoro mi pregunta formulándome otra.-Acababa de nevar y
te habías perdido. Cuando te encontré me llamaste por mi nombre y
me dijiste que me estabas buscando
Su
voz parecía segura al afirmar aquello, pero yo no lo recordaba.
Nuevas
preguntas querían introducirse en mi cabeza y yo no estaba dispuesta
a refrenarlas en su intento de conseguirlo.
-No
puede ser.-Respondí.
-¿Lo
has visto verdad?-Me pregunto.-El recuerdo que te he mostrado es el
primero que tengo de ti.
No
podía negarlo, lo había visto.
-¿Pero
por qué no lo recuerdo así?
Sonrió.
-Tranquila.
Pronto volverás a recordar todo.-Alzo su mirada y la poso en el
cielo azul.
En
ese instante deje de pensar en la conversación que acabábamos de
tener, para así, concentrarme en otra pregunta, quizás la más rara
que podría haber tenido en todo el día. ¿Cómo Darien había
conseguido mostrarme aquello?
-Cómo
supiste mi nombre.-Sonó como una orden más que una pregunta.
El
vacío se apodero de mí. No podía recordar eso.
-No
te rindas fácilmente.-Dijo con un amago de sonrisa en sus labios.
Le
mire.
-Sabes
la respuesta.-Afirmando gracias al brillo de sus ojos.
Suspire
apartando un mechón de mi cara. No sabía que pensar. Aunque
recordaba haber escuchado su nombre mucho más antes de verle aquel
día.
Le
mire y supe que había averiguado la respuesta al contemplar como
bajo sus dedos, en el libro, aparecían una serie de palabras en
cursiva que completaban el recuerdo anterior. Ahora lo veía
claramente.
-¿Desde
cuando lo supiste?-Pregunte.
-Me
costo más que a ti averiguarlo.-Me miro.-Ya que yo no escuche a
escondidas.
Se
hizo el silencio mientras mis mejillas se teñían por el recuerdo.
No debería haberlo echo pero por aquel entonces desconocía lo que
podía y lo que no podía hacer.
Tenía
muchas cosas que asimilar pero en ese momento no quería hacer frente
a ellas.
-¿Por
qué me has enseñado esto?
-Tarde
o temprano tendrías que saber parte de la verdad.
Toque
el libro y pase las paginas.
Todas
estaban en blanco a excepción de la última.
-¿Qué
es esto?
-Un
libro.
-Eso
ya lo se. Me refiero a que porque no hay nada escrito.
Guardo
silencio tras lo cual se levanto y se alejo hacía al moto dejándome
sola con mis preguntas.